willow moore
Reglas: Completa el formulario respondiendo a cada sección de forma honesta. Una vez que hayas terminado, etiqueta a otros usuarios para que completen el trabajo. Empieza por etiquetar a la persona que te etiquetó a ti.
Si tuviese amigos en la vida real que disfrutasen de Tumblr, tipearía sus nombres de usuario al final. Es difícil encontrar a personas con mis mismos intereses en Caribou, Maine—no que eso signifique que el lugar es el que tiene la culpa. Yo tengo la culpa, como me ha dicho mi padre.
Si te gustasen más cosas de chicas, Willow, tendrías más amigos.
Si por lo menos fueses a fiestas como una chica normal, tendrías más amigos, Willow. Si usases más maquillaje e hicieses el esfuerzo, tendrías un novio, Willow.
Si dejases de ver dibujos animados de superhéroes, tendrías un novio, Willow.
Todas las chicas de tu edad tienen uno.
Inspiro profundamente e intent bloquear el gallinero que no tiene nada Bueno que decir de mi círculo amistoso de dos personas (Maggie y yo) y mi falta de potenciales pretendientes. Simplemente, no entiendo por qué tener un novio en la secundaria define mi valor como persona.
Yo me siento bien. Hasta que alguien señala que debería sentirme miserable. Porque nunca me han besado. Porque me gustan “cosas de chico” y, sí, tengo una sola amiga en la vida real.
Si fuese osada y franca, le diría a mi padre que se fuese a la mierda.
Pero no soy ninguna de esas cosas. De hecho, me hago daño tan solo de pensar en lo que realmente siento.
Mojo mis labios y señalo a la persona que me etiquetó: maggiewidowss
– ¡Adiós! ¡Que tengan un buen viaje a casa! – la voz anormalmente aguda surge del piso de abajo, rápidamente seguida por el sonido de una puerta cerrándose. Mi madre está haciendo el papel de buena anfitriona de la fiesta de cumpleaños de mi hermana pequeña. Las risas de las niñas de 6 años aún es muy audible, con sus padres llegando para recogerlas y llevarlas a casa.
Miro la hora en el reloj sobre mi mesita de luz. Las 19:00 horas. Las festividades casi terminan.
Yo estaría abajo también, pero Ellie me dijo específicamente que “no eres una princesa, así que no puedes venir”.
Sé que no lo dijo por ser mala. En cada fiesta de Halloween que ella recuerda, me he disfrazado de los personajes de Mortal Kombat y Street Fighter. El año pasado fui Vega: un guerrero de máscara blanca y espadas como garras, con pelo lacio y largo, y pantalones lilas. Ella creyó que yo era “una chica de una película de terror”, cuando en realidad, era un tipo genial e impresionante de un videojuego.
Ellie me ve más como su hermana nerd con mis mamelucos de jean, anteojos de marco negro (ciega como un topo) y una trenza constantemente despeinada. Ella quería princesas “auténticas” en su fiesta, así que mi mamá pidió a Haley Anderson que se vistiese como Cenicienta.
Haley es mi compañera de grado. Diecisiete años, y aparentemente mucho más princesa de lo que yo aparento ser.
Así que fui desterrada al piso de arriba por mi hermana de 6 años. Huellas amarillas de patas de conejo siguen decorando las paredes de mi habitación, restos de mi habitación de bebé, y un recordatorio constante de que ya he superado esta pequeña habitación y su decoración.
Ahogo el resto de la fiesta de cumpleaños poniéndome los auriculares al oído, y estiro mi vieja laptop sobre mis piernas. Con las voces apagadas, y sintonizando los Top 100 Hits de la radio de iTunes, completo el cuestionario de Tumblr, tipeando cada respuesta.
Cuál fue tu…
Última bebida: Fizz Life
Última llamada: eh, mi abuela Ida. Quería hacerme una bufanda de croché para el próximo invierno, y necesitaba saber qué color de hilo. Le dije que azul.
Último SMS: “¡Lo compré! ¡Lo compré!” a Maggie, en relación a Comprendiendo los Cómics, de Scott McCloud. Estuve ahorrando el dinero de mi trabajo como niñera para comprar este cómic. Leo TODO lo que Loren Hale recomienda (es mi sensei de comics), y él sugirió este hace poco en las redes sociales.
Alguna vez…
Te han engañado: nunca le di la oportunidad a nadie
Besaste a alguien y te arrepentiste: nunca me han besado (sin juzgar)
Bebiste licor fuerte: un par de veces. No me gustó el sabor.
Te emborrachaste y vomitaste: nop
Conociste a alguien que te cambió: Una vez vi a Loren Hale once (mi único encuentro con una celebridad). Estaba parado en la puerta principal de mi casa (larga historia). Loren Hale se fue como en 5 minutos—pero me habló. Se dio cuenta que tenía un pin de Mutantes y Orgullosos, y mencionó que le gusta Hombres-X: Evolución (la serie animada). Y luego hizo un comentario sobre el cómic y Lily Calloway. La llamó su novia, pero estaban, y siguen estando, comprometidos, si Celebrity Crush está en lo correcto. Me hizo pensar que las chicas también pueden leer cómics; y la forma en que él me habló, asumió que yo ya lo hacía. Nunca intenté leerlos hasta ese momento, hasta que él se fue y me quedé pensando que sí, tengo permitido leer esas cosas también. Comencé New X-Men y me identifiqué tanto con Wallflower, una chica a la que realmente necesité hace un año, cuando mis padres se divorciaron. Y nunca hubiese leído un cómic, ni me hubiese enamorado de ellos, si no conocía a Loren Hale
Te desilusionaste románticamente: Nunca me enamoré como para poder desenamorarme
Descubriste quiénes son tus verdaderos amigos: esta es la razón por la que tengo un círculo de amistad pequeño. Maggie es la mejor amiga que podría existir jamás.
Perdiste tus lentes: en múltiples ocasiones. My hermana pequeña a veces me los quita para ser simpática.
Tuviste sexo en la primera cita: …no lo sé, tal vez lo haría…? Pensar en eso me pone nerviosa…
Fuiste arrestada: en una pesadilla
Rechazaste a alguien: par qué? Como, para salir?
Te enamoraste de un amigo o amiga: no. No, no me gustan los chicos de mi colegio de esa forma (y a ti tampoco te gustarían si fueses yo)
Más preguntas…
Tienes mascotas: mi papá odia a las mascotas, pero cuando se mudó hace un año, mi mamá dejó que Ellie tenga un hámster. Huele muy mal
Qué hiciste en tu última fiesta de cumpleaños: comí en la Casa de los Fideos solo con mi mamá, hermana y Maggie. No me gustan las grandes fiestas, especialmente si son para mí
Nombra algo que esperas con ansias: UN RELANZAMIENTO DE NEW X-MEN (POR FAVOR, QUE PASE!!! ME CONTENTO CON CUALQUIER COSA!!!) También, quiero que Maggie conozca a la Viuda Negra (también conocida como Scarlet Johansson) algún día.
Qué te molesta: que me obliguen a hablar en grupos grandes
Apodo(s): ninguno (no soy lo suficientemente genial)
Estado sentimental: soltera
Programa de TV favorito: es un empate entre Gravity Falls: Un verano de misterios & Hombres-X: Evolución. Amo ambos
Secundaria: lista para que termine
Universidad: me gustaría ir. Estoy trabajando en ello
Colo de pelo + largor: castaño, lacio, y llega como hasta mi pecho?
Altura: 1,65 mt
Amor platónico: TOM HIDDLESTON!!! (osea, Loki)
Tatuajes: mi papá dice que no
Zurdo o diestro: Diestra
Alguna cirugía: nada muy serio
Algún piercing: perforado doble en ambos lóbulos; solo 4 pequeños pendientes, dos murciélagos y dos estrellas
Deporte favorito: deportes? *corre y se esconde*
Primeras vacaciones: nunca salí de Maine, pero cuando era muy pequeña, solíamos ir a la costa, como a más de 4 horas de Caribou, y navegamos una vez. No puedo recordar nada en realidad, pero mi mamá tiene fotos. Todos parecen muy contentos
Ahora mismo…
Qué estás comiendo: torta de cumpleaños de vainilla que preparé para mi hermana. Me bajé a escondidas & me traje un pedazo
Qué estás tomando: una lata de Fizz Life sin gas
Qué estás esperando: a que termine esta fiesta de cumpleaños
Quieres hijos: no lo sé no pienso en eso
Matrimonio: no me importa de una forma u otra
Carrera: es muy temprano para decidir
Qué prefieres…
Abrazos o besos: abrazos por ahora
Más bajo o más alto: más alto que yo. Aunque sea por poquito.
Mayor o menor: mayor, pero no demasiado; no podría hacer lo que hace Daisy Calloway con su novio, que es como 7 u 8 años mayor (no recuerdo).
Eso es todo por ahora. Inhalo profundamente de nuevo y etiqueto a algunos amigos virtuales que estarían interesados en esta encuesta.
Lentamente, mi puerta se abre, dejando entrar la luz del pasillo a mi pobremente iluminada habitación. Me saco los auriculares y veo a una pequeña niña vestida en un traje brilloso amarillo, una corona de plástico colocada sobre sus rulos marrones.
Ellie tímidamente se queda en la puerta, lo que es muy inusual; normalmente su energía consume cualquier habitación a la que entra.
-¿Willow?
Me levanto de la cama y cuando alcanzo su lado, me doy cuenta que el sonido de las risas de niños ha sido reemplazado con sonido de discusiones.
-¡No vamos a tener esta conversación! ¡Es el cumpleaños de Ellie! – grita mi mamá, en un registro que solo surge cuando mi papá está presente.
-¡Su cumpleaños terminó hace veinte minutos! – responde a gritos mi papá. No les había visto soportar su presencia mutua desde el divorcio. Lo había invitado a mi cena de cumpleaños número 17, allá en marzo, y él dijo que no podía ir. Sus palabras exactas: no si tu madre estará ahí. Ahora, en agosto, está dispuesto a soportar a mi mamá por Ellie, su pequeña princesa llena de alegría.
Creo que nunca encajé dentro de la visión que él tenía de lo que quiere que sea, pero odio el hecho que se haya ido, antes que nada. Odio que simplemente abandonó a mi mamá y rompió el corazón de mi hermanita, e hizo pedazos sus vidas, aun cuando ya lo había hecho con la mía.
Simplemente dijo “Ya no puedo vivir con tu madre”. Y como adolescente, supongo que desconozco los detalles, pero la falta de eso solo ha logrado que el odio fermente en mi interior, más por el que por ella. Odio que su ida haya causado a mi madre lágrimas por tres meses. Odio que Ellie haya preguntado repetidamente cuándo volvería su papi a casa. Odio que era yo quien tenía que decirle la verdad una y otra vez, y tenía que ver cómo caían sus lágrimas por sus mejillas cada vez. Odio que no haya estado aquí para soportar su dolor; que nunca se despertó con ese dolor, nunca fue a dormir con ese dolor, como lo hice yo. Cuando miro a mi papá, solamente veo al hombre que me lastimó al lastimar a las dos personas a quienes más amo.
–¿Willow? – repite en un susurro Ellie, estirando mi muñeca. Miro abajo, a sus ojos grandes como platos. Y murmura –¿Puedes pedirles que paren?–.
Arreglo su corona de plástico que se encuentra un poco torcida para la izquierda. –Solo si esperas aquí-.
–Lo haré, lo prometo –. Ellie salta sobre mi cama y se acomoda al lado de mi laptop. Me fijo que tiene una muñeca Barbie en la mano. Debe ser nueva.
La dejo rápidamente, mis pies descalzos sobre la vieja alfombra, y me acerco por las estrechas escaleras hacia la cocina.
–¡No hablaremos sobre eso aquí, Rob!
Su tono baja hasta sonar como un gruñido –Sí, lo haremos–.
Me detengo casi a la puerta, donde puedo espiar desde el marco. El piso amarillo de linóleo está casi cubierto de papel de envoltura y globos rosas, el basurero lleno de platos de plástico. Mi mamá se ataja del fregadero, sus nudillos blancos por la presión.
Solo detecto tanta emoción de mi mamá cuando no se da cuenta o se olvida que estoy ahí. Aunque después del divorcio, he visto este lado de ella mucho más seguido. En un día normal, es dulce y controlada. Rara vez se calienta. Casi nunca se enoja. Intenta guardar sus sentimientos más obscuros, algo que yo tambié aprendí a hacer.
Mientras me asomo en puntillas de pie desde la esquina, voy obteniendo una mejor vista de mi mamá.
Solamente tiene 40 años, con ojos amables, una complexión suave y mejillas rosadas, pero su apariencia normalmente bien confeccionada se derrumba bajo las lágrimas que se acumulan. Está parada frente a un hombre de edad media, con un poco de barba, ojos estrechos, y una remera de Miller Lite. Y mentalmente, me pongo del lado de ella, aún si se supone que me matenga imparcial.
Lo veo.
Lo veo hiriéndola.
Lo veo causándole esas lágrimas.
Mi mamá, que nunca pide nada de mí, aun cuando no soy todo lo que podría ser.
Me aferro al marco de la puerta, observando a mi padre cruzar los brazos sobre su corpulento pecho.
–Nunca finalizaremos este maldito divorcio si tu abogado sigue posponiéndolo– le dice.
Mi mamá inhala entrecortadamente. Su nariz se mueve y sigue peleando contra las lágrimas, con más tristeza que enojo.
No. Dile que se vaya a la mierda, mama. Dile que no lo quieres. Me muerdo la lengua, esperando que ella se defenderá.
-Por favor, Rob…- lloriquea. –Solo vuelve a casa.
Mi estómago se vuelca. Solo quiero que lo eche de la casa, que tenga la fuerza de eliminar esa cosa que le causa daño. Vamos, mamá. Puedes hacerlo.
Desearía poder tener el coraje para ayudarla, pero mis pies están cementados al piso, pesando como si fuesen globos llenos de alquitrán.
-Preferiría arder en el maldito infierno antes que estar con una mujer que pasó más de diecisiete años mintiéndome repetidas veces- murmura con desdén a través de sus dientes.
Un escalofrío corre por mis brazos, y se me anuda la garganta.
-No tiene nada que ver contigo, Rob- dice ella, con su voz temblando, y luego las lágrimas caen enormemente con un sonido gutural. Me hiela el corazón, y doy un paso adelante. Estoy anonadada.
Mientras tanto, él simplemente se queda parado. Él solo mira con asco.
Cómo puede—
-Abandonaste a tu hijo– dice, con tanta pasión, con tanto sentimiento y tanto odio que su cara se torna roja como un tomate.
Y yo me quedo completamente paralizada.
-Tu maldito hijo– repite, con los ojos vidriosos. –¡Ese hijo del que no sabía nada!- señala su pecho con el dedo. Vibrando; está vibrando de ira y dolor.
Yo también estoy temblando.
No entiendo…
Mi papá se moja los labios y dice -¿Cómo es que el hecho de que ye hayas visto con el padre de tu hijo en doce ocaciones diferentes desde 1990 hasta 2010, no me afecta a mí?
No.
Doy un paso atrás.
Él tiene la culpa.
¿O no?
Tiene que tenerla.
Lágrimas se asoman en mis ojos, y yo intento bloquear la verdad. No.
Piénsalo, Willow.
No quiero hacerlo. Es fácil creer en una cosa por tanto tiempo, poner todas mis emociones en un cajón, en donde tiene má sentido. Duele que venga alguien y abra de golpe ese cajón, tirando el contenido al piso, destruyendo todo lo que sabía que era real.
Ella es mi aliada.
Es mi confidente y mi amiga.
Es mi mamá.
Ella no mentiría. No abanonaría a nadie. Ella es mi mamá¼ La persona que pasó cinco horas ayudándome con un proyecto para la feria de ciencia en octavo grado; quien me llevó a ver la función de medianoche de Los Vengadores, aun cuando ella tenía que trabajar temprano en la mañana.
Ella tiene el corazón amable y amoroso. Es dulce y generosa.
No puedo imaginarla abandonando a un cachorro, mucho menos a una persona…su persona.
Esto no es real.
Y entonces mi mamá dice, con el aliento entrecortado –Nunca vi a su padre luego del día en que nació el bebé”-. No puedo decir con certeza si esto es o no verdad. Planta sus ojos en el piso con vergüenza, sin encontrar la mirada de mi papá.
-Estás mintiendo de nuevo- dice él, con los dientes apretados.
-¡No estoy mintiendo!- grita ella al piso. –Esos eran cheques de él, pero nunca nos encontramos, desde 1990. Él mandaba a su asistente…y me los daba. Hace cinco años fue la última vez que envió un cheque. Ya te lo había dicho. Por favor, Rob…- implora, tratando de asirse del brazo de mi papá, pero él lo saca de un tirón. Ella se agarra del aire y sus brazos caen hacia el fregadero, de cuyo borde se agarra de nuevo.
Soporto mi peso por el marco de la pared, mis lentes neblados con lágrimas, y me los saco con manos temblando, para limpiarlos con mi remera verde a rayas. Intento no hacer ningún sonido, pero mi nariz está corriendo… Limpio eso con mi brazo—temblando.
Deja de temblar, Willow. Todo está bien…
Mi mentón vibra.
Has estado en el lado equivocado de las cosas todo este tiempo. Eres una tonta. Esperaba que mi padre me lastime.
Nunca esperé que ella lo hiciera.
Mi padre de forma silenciosa piensa en todo esto antes de volver a estallar -¿Y por qué simplemente te daba esos cheques?-. Deja salir una risa llena de angustia, con sus manos en la cintura. –¿Me estás diciendo que no había nada que viniese con eso? ¿Ninguna estipulación?- niega con su cabeza, con desconfianza.
-Ya te lo dije, quería que me quede callada, por pena, no lo sé. Simplemente seguía enviándolos, y nosotros necesitábamos el dinero para tu auto, para la casa…-.
-Tienes que estar…- grita con todas sus fuerzas, enojado; furioso. Me estremezco, y entonces él agarra un recipiente lleno de naranjas. Lo tira violentamente contra la pared.
Salto con sorpresa cuando la cerámica se quiebra sobre el linóleo.
-¡¿Él pagó por mi auto, por mi casa?!- dice, señalando de nuevo su pecho, aún manteniendo una buena distancia entre su cuerpo y el de mi mamá, como si le enfermase el estar siquiera cerca suyo
-Por favor…-.
-¿Me engañaste?- pregunta de pronto, con sus venas saltando en su cuello -¡Dime la maldita verdad, Emily!-. Está llorando.
Nunca había visto a mi papá derramar una lágrima, ni de enojo; ni siquiera cuando se despidió de mí.
Mi madre da un pequeño paso atrás, como si sus palabras y tono de voz la hubiesen empujado. Tras su largo silencio, quiero apoyar mi espalda por la pared y deslizarme al piso hasta quedarme hecha una bolita. Quiero esconderme, pero no me puedo descongelar. No me puedo mover.
-No lo…- la forma en que su voz cesa, hace que sea muy difícil creerle; pero aún quiero hacerlo. Quiero creer que no hizo eso.
Ella no le puso los cuernos a mi papá. No lo hizo.
Lo creo. De verdad. Quiero estar de su lado.
Mi papá respira rápido, su pecho crece y decrece con sus inhalaciones y exhalaciones, y se empapa en lágrimas. Y entonces pregunta -¿Acaso es mi hija?