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Cueste lo que Cueste – 8

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garrison abbey

Con una canción de Grouplove sonando a todo volumen en mis auriculares, edito y combino alrededor de 34 clips en el programa Final Cut, con mi computadora Mac en mi regazo. Corto y duplico cuatro segundos de Princesses of Philly.

Ahora mismo, estoy viendo a Ryke Meadows pausado. Está mirando a una motocicleta destrozada en la vereda. Le doy play. “¿Qué p**a? Pedazo de m****a **** *******, tenés que estar jodiendo, m****a”. Vuelvo a dar pausa, cortando un octavo de segundo.

El clip es más simpático si es duplicado y se lo superpone a una canción, así que agrego música encima de sus maldiciones borradas y luego agrego un clip de dos segundos de una entrevista. “¿Qué clase de p***a pregunta es esa?”. Tira una almohada a la cámara.

Nathan de repente me tira una mascara de gárgola, cerrando de golpe mi laptop. –Hijo de puta –digo, jalando mis auriculares de mis orejas.

–Amigo –dice Hunter…y no, este no es mi hermano. Es uno de mis amigos que palidece al lado de la grandiosidad y belleza efervescente de mi hermano.

–¿Qué? –le tiro una mirada fulminante, levantando de nuevo la pantalla de mi computadora. Coloco la máscara a mi lado en el escritorio, y la silla chilla mientras me muevo. El estudio de Nathan está inusualmente silencioso, sin música que suena fuerte, sin torneos de póker o múltiples conversaciones sucediendo al mismo tiempo.

Somos solo un puñado de mis amigos, con máscaras de goma, vestidos de negro y un plan dentro de sus cabezas. Un plan que ha colocado esta expresión febril y loca en sus rostros. El subidón de adrenalina que viene con hacer algo ilegal ya se asentó en ellos.

Y yo me siento enfermo. Tal vez porque Loren nos habló, no solo para amenazarnos, sino que realmente nos habló y es difícil…es mucho más jodidamente difícil verlo como esta celebridad impenetrable cuando él mismo se humanizó en más de una forma.

Mi nuca se calienta, y empiezo a sudar bajo mi sudadera. No puedo dejar de verlo a él y a su hijo en mi cabeza, su bebé. Y el plan de esta noche: nos metemos a la casa de Loren. Los asustamos como la puta madre a todos los que viven ahí, y luego corremos.

Hay infantes ahí. Y sé que una de las chicas…una de las chicas está jodida con estrés postraumático o algo así. Cuando Loren me agarró con un arma de paintball en las manos, recuerdo que uno de ellos, o él o su hermano, me dijo eso. Mi novia tiene TEPT. Creo que es la novia de Ryke, y no estoy seguro de lo que esto podría hacerle, pero no creo que sea algo bueno.

Puedo decirles esto a mis amigos, pero ya puedo oír sus respuestas; es solo una broma. Hazte de putos huevos, Garrison. Maldito marica.

Mi piel se eriza, y estoy a punto de volver a colocarme los auriculares. Lo único que está impidiendo que vomite es este maldito video. Ryke Meadows y sus groserías – Parte 2. El primer video que subí tiene más de 16 millones de visitas, así que me parece apto que haya una segunda parte.

Alguien más me tira una segunda máscara de gárgola.

Lo bloqueo con mi brazo. –¿Qué puta? –.

Amigo –enfatiza Hunter. –Estamos saliendo, y tú sigues jugando a los Sims –.

Nathan se ríe luego de tomar un shot de whiskey. –¿Acaso tu novia virtual te puso los cuernos con el chico virtual de la piscina? –.

Les quito el dedo del medio a ambos. Me vieron jugar Los Sims una vez, y nunca más me dejaron en paz. En realidad me gusta mucho ese juego, pero aún si intentase admitirlo, no dejarían de traerlo a colación cada minuto de cada día. Estoy intentando evitarme ese dolor de cabeza.

–Vamos –. Kyle se levanta y se coloca la máscara. Golpea su pecho con sus puños.

–Eres una gárgola, no un gorila –le dice Nathan antes de colocarse su propia máscara.

–Son de la misma familia –se oye la voz amortiguada de Kyle. No mucho después, todos empiezan a salir. Meto mi laptop y auriculares en mi mochila pero los dejo ahí, y solo me llevo la máscara.

Con cada paso que tomo me siento peor, y mi cabeza empieza a formular excusas. Para salir de esto, para irme. Voy a vomitar.

Me paso el brazo por la frente, la máscara pesando en mis manos. Cierro la puerta principal detrás de mí, y ellos ríen, prácticamente saltando de alegría por la entrada hacia la calle.

Soy el único desmascarado.

Tan pronto como mis pies tocan el asfalto, me tenso. Me congelo en mi lugar. Todos están como a cinco pasos de mí cuando Nathan se da cuenta que falto yo. Se da vuelta y me gesticula para que los siga.

–Vamos –.

Sacudo la cabeza tensamente. –No puedo –es la única excusa que puedo soltar.

Nathan levanta su máscara a la mitad de su cara, dejando salir mechones de pelo rojo. Me mira con los ojos entornados y se acerca, con nuestros amigos detrás. Si me largo, hay una posibilidad de que otros también se abran; y este es uno de los planes de Nathan.

–¿Por qué te estás portando como un bebé? –dice fuertemente, para que nuestros amigos oigan.

–Solo vayan sin mí –les digo; las palabras están saliendo antes de que pueda pensarlo.

Nathan toma un paso más hacia mí. Es más bajo y más delgado que yo, pero igual, mis músculos se flexionan y tensan, mi pulso se acelera y mi respiración se profundiza.

–Si nos dejas plantados –dice con una mueca desdeñosa –esto se acaba. Lo sabes, ¿no?

Le tiro una mirada fulminante –Por favor… –.

–No, estamos en esta juntos. Ese era el puto plan –Nathan se me acerca.

Lo empujo, lo suficiente como para darme espacio, y está a punto de ponerme las manos encima… Entonces enloquezco y salgo de su camino. –¡No se te ocurra tocarme! –digo tirándole la puta máscara.

–¡Tú eres el que me pegó a mí! Dios, ¿qué demonios pasa contigo, Abbey? –.

Corro una mano por mi pelo y me saco un mechón de los ojos. Estoy temblando y no puedo decir nada. Simplemente vuelvo a su casa, camino por su entrada de forma a agarrar mi mochila e irme a casa.

–¡Garrison! –grita Nathan.

–Olvídate de él –dice Hunter. –Seguro está enojado porque no puede pasar tiempo con sus amigos falsos de Tumblr –.

Coloco un cigarrillo entre mis labios, pero estoy temblando demasiado como para poderlo encender. Mis ojos arden, y miro sobre mi hombro una vez. Nathan me está mirando con odio, como diciendo si quieres ser mi amigo de nuevo, vas a tener mucho que reponer. Sacude la cabeza, se coloca la máscara sobre la cara y se da vuelta, en dirección a la calle con el resto de mis amigos.

Quiero gritar.

A mí mismo. A ellos. A este maldito lugar.

Pero todo lo que hago es ir adentro, agarrar mi mochila, y caminar en dirección contraria a ellos, dando vuelta en la esquina de Cider Creek Pass.

 

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